LLÉNEME EL BOTE, POR FAVOR

Dicen que una de las experiencias mas estresantes por las que podemos pasar a lo largo de nuestra existencia es una mudanza, en la que tenemos que meter toda una vida en cajas para que luego la mitad de las cosas se rompan o se pierdan en el traslado. Ya, pero eso lo dicen los que no han tenido que obtener una muestra de semen en un ambiente hostil. Cuando llegas a la clínica, intentas pasar desapercibido, como si fueras a arreglar un enchufe o a recoger el correo, te dan un bote, que miras para ver si lleva una marca que indique hasta donde hay que llenar, te acompañan a la sala de extracciones y sigues dócilmente a la enfermera como si te fueran a extirpar las cuatro muelas del juicio. Todo el mundo te mira y sabe lo que vas a hacer .Y ahí te encuentras a solas, con tu bote, tus pelis, tus revistas, y a las 9 de la mañana. Vaya hora para llenar el bote!!! La soledad del onanista forzoso. Ojeas las revistas, miras la tele, intentas bajar el volumen porque estás seguro de que fuera lo oyen todo. ¿porqué jadean tan fuerte?, y a esperar la inspiración que no llega. Cuando después de un alto ejercicio de concentración consigues tu discreta muestra, te recompones, y abres la puerta esperando que no haya dos filas de enfermeras para hacerte la ola. En realidad te espera un biólogo, bueno, una bióloga, porque la mayoría de los biólogos son del sexo opuesto, que va a evaluar de forma displicente el escaso fruto de media hora de sudoración. Da igual que pongas cara de decir «mira en tres minutos…y medio bote». En otras ocasiones, nos dejan traer la muestra de casa, y al llegar a la clínica la sacamos de algún escondite inverosímil, mirando por el rabillo del ojo a nuestro alrededor, por si alguna vecina está pidiendo hora para hacerse la citología. Sacamos nuestro bote envuelto en 7 metros de papel de plata como si estuviéramos pasando medio kilo de coca y lo entregamos. Ya está. Lo que tenga que ser, será. Y después a esperar el diagnóstico. ¿quién me mandará meterme en esto? ¿y si sale que no valgo?…y lo peor,¿ y si entera la gente? En definitiva ¿puede haber algo peor?, ¿mas humillante? Pues cuando penséis en todo esto recordad que nadie os va a mirar especialmente, que tratáis con profesionales, que todo el mundo querrá que os sintáis cómodos y que aunque el porno ha hecho mucho daño, todos los eyaculados son parecidos. Pero sobre todo recordad lo poco que os ha costado contribuir al diagnóstico y a la solución de un problema, mientras que vuestras parejas tendrán que pasar por un sin fin de pruebas y, tratamientos, en ocasiones molestos e incluso dolorosos ……y sobre todo recordad que esto es cosa de dos.

Dr. Miguel García Giménez
Dr. Miguel García Giménez
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza. Especialista en Obstetricia y Ginecología en el Hospital de Donostia. Doctor en Medicina por la Universidad de Zaragoza.

3 comentarios

  1. amaia

    Genial genial genial Miguel, se lo dare a leer a mi media costilla a ver si se ríe como yo! 😉

  2. Dr. Miguel García Giménez

    Dr. Miguel García Giménez

    Gracias Amaia, es que los hombres también tenemos nuestro corazoncito. Escondido, pero tenemos.

  3. Bea

    Me ha encantado el post Miguel!! Nunca me había parado a pensar en » el proceso»… Y parecía tan sencillo… Que importante es no perder el sentido del humor!!!

Responder a Dr. Miguel García Giménez Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *