ADOPTAR UN EMBRION

Una de las preguntas habituales que nos hacen las parejas con problemas de fertilidad es sobre el destino de los embriones que, comúnmente y mal llamados, decimos “sobrantes”, de las técnicas de Reproducción Asistida. Un embrión nunca “sobra”, nunca debería “sobrar”…
Las parejas pueden decidir cuantos óvulos quieren que sean inseminados, para limitar al máximo que no haya embriones que no van a ser utilizados en ese ciclo, pero la realidad es que prácticamente siempre se inseminan todos los óvulos que se obtienen, puesto que solo así se consigue aumentar la probabilidad de gestación.
Y de esta forma, quedan a menudo en el Laboratorio, congelados, vitrificados para ser exactos, embriones con un destino incierto, embriones algunos a los que nunca se les dará la oportunidad de ver la luz del mundo. Vidas humanas potenciales congeladas.
La ley obliga a guardar congelados todos los embriones que se hayan generado, y eso es lo que las parejas han de firmar en el consentimiento informado que se les da antes de realizar una fecundación in vitro o cualquiera de sus variantes.

Además, han de decidir cual es el destino que quieren que se les dé a esos embriones vitrificados en caso de que ellos mismos ya no los necesiten. Pueden donarlos para fines reproductivos, es decir, a otras personas; donarlos para investigación, o decidir el cese de su conservación una vez finalizada la edad reproductiva de la mujer.
Donarlos a la investigación es a menudo como dejarlos en un limbo permanente, puesto que la realidad es que hay muchos más embriones vitrificados, de ellos están los congeladores de los centros de reproducción repletos, que centros que realicen investigación sobre embriones.
El cese de su conservación requiere la certificación por dos médicos independientes de que la mujer esta ya en etapa menopaúsica, algo que habitualmente, tantos años después de haber sido madre, no se suele realizar, y en este caso el destino, un tanto triste, de estos embriones, al menos está claro.
Ante estas perspectivas, la opción más lógica, siendo además embriones propiedad de personas que han sufrido y luchado tanto por tener un hijo, que saben las dificultades que hay que superar y el largo camino que puede suponer conseguir un embarazo, sería donarlos a otras parejas con fines reproductivos.
Y sin embargo, por paradójico y extraño que parezca, ésta es la opción con diferencia por la que menos optan las parejas.
Intento imaginar por qué a estas personas tan concienciadas con los problemas de fertilidad les cuesta tanto después ser altruistas con otras parejas que pueden estar en una situación parecida a la suya. Supongo que probablemente ellos que tienen en casa uno o varios hijos que han sido embriones en un laboratorio, al verlos convertirse en personitas maravillosas, les debe parecer que donarlos a otras parejas es como dar un hijo en adopción.
Es una paradoja, pero yo lo veo totalmente al contrario, y pongo el ejemplo de las parejas que tienen hijos con óvulos o semen de donante. Lo que hace a un embrión tu hijo no es la carga genética que traiga, que ni siquiera puede que se parezca a la tuya!, sino que tú lo has traído al mundo, lo has criado, lo has educado en tus valores, lo has querido, le haces ser la persona que es, se trata simplemente de que es tu hijo porque tu eres su padre.
Por eso, esos embriones que quedaron ahí, pueden convertirse en hijos distintos, personas distintas, de parejas distintas, pueden ser ese añorado hijo que haga feliz a una pareja o a una persona, no me parece que pueda haber un destino mas feliz y más digno para ellos.
Y quizá queramos ese destino para ellos, precisamente porque un día han sido “nuestros”, y hemos tenido la oportunidad de decidir para ellos un futuro mejor.
No digo que sea fácil, ni que convenza a todas las conciencias, pero sí digo que hay que hacer una reflexión profunda antes de tomar una decisión que, si se trivializa y se marca una x sin pensarlo demasiado, puede ser la diferencia entre una condena o una oportunidad maravillosa, para nuestros embriones y para otras personas.

Dra. Sonia Cornago Oliver
Dra. Sonia Cornago Oliver
Licenciada en Medicina por la Universidad de Navarra. Especialista en Ginecologia y Obstetricia en el Hospital Clinic de Barcelona. Subespecialidad Endocrinología Ginecológica. Master en Reproducción Humana por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

4 comentarios

  1. VLS

    Estimada Dra. :

    como antigua paciente de la Unidad de Reproducción Asistida del Consultorio Ginecológico Miramón, me gustaría hacerle sólo un comentario:

    -Le aseguro que ninguna de las X que se pone en ninguna de las casillas que tenemos que rellenar al realizarnos tratamientos de reproducción asistida, se marca sin pensarlo. Es más, a menudo, esa X nos duele, nos quita el sueño y nos da mucho en que pensar. Si no se ha estado «en ese lado», es difícil de comprender.

    decida lo que decida cada una de las parejas, personalmente, creo que todas las opciones deben ser respetadas, comprendidas y apoyadas por el profesional que nos atiende.

    reciba un cordial saludo.

    • Dra. Sonia Cornago Oliver

      Dra. Sonia Cornago Oliver

      Efectivamente Vanessa, tienes toda la razón.
      Decidir el destino de los embriones es algo que me parece dificil y durísimo. Te aseguro que la decisión que toma la pareja siempre es respetada y apoyada. La reflexión que se ha hecho en el blog pretendía únicamente entrar un poco más en que significaba cada opción y mostrar el lado positivo de la donación con fines reproductivos, nada más. Por suspuesto que sois vosotros los que os enfrentais a la dificil decisión y no me cabe duda de que da mucho que pensar y sufrir. Jamás nos atreveríamos a juzgarlo. Muchas gracias por tu aportación.
      Saludos

  2. VLS

    Estimada Dra.:

    Tras realizar el comentario anterior me he informado de algunos de los puntos que comenta, ya que no recordaba que nuestra doctora nos hubiera comentado el tema legal tal y como usted lo plantea. Por ejemplo:

    -Recuerdo el hincapié del equipo que nos atendía en que entendiésemos que no todos los embriones que generásemos tenían que ser criopreservados. Nos decían que sólo lo debíamos hacer con aquellos que tuvieran la calidad suficiente, para limitar el número de embriones sobrantes y ahorrarnos dinero y dolor (porque lo que sí recuerdo es que la ley obligaba a utilizar los criopreservados antes de generar otros nuevos).

    Además, me imagino que una gran parte de las parejas que se someten a TRA, obtienen embriones que luego no cumplirán los requisitos que indica la ley para donar…por ejemplo: ¿alguien utilizaría los de una mujer de 39 años con un varón con una alteración seminal severísima, a los que se les ha transferido sus mejores embriones y han almacenado los menos buenos?

    Todo esto sólo para explicarle, de nuevo, que a menudo, los pacientes toman las decisiones con mucha información en sus manos, con sufrimiento por saber que quizás, ni con todos los medios a su disposición consigan un embarazo…y no me parece justo poner más peso aún sobre ellos.

    Gracias por su tiempo, y reciba un cordial saludo…y en especial a todos los profesionales que estaban en el Consultorio y hoy están en la Clínica Zuatzu…guardamos un muy buen recuerdo de todos ellos.

    • Dra. Sonia Cornago Oliver

      Dra. Sonia Cornago Oliver

      Gracias a tí por tus reflexiones y agradecimientos,
      tal como dices , solo se vitrifican los embriones que se considera que tienen opciones de conseguir una gestación, y es a ellos a los que se refiere la ley con la obligatoriedad de guardarlos.
      Por otro lado, y al igual que ocurre con la donación de óvulos, solo se consideran apropiados para donar a otras parejas los embriones generados cuando la edad de la mujer era como máximo 35 años. Este es el requisito actual aunque podría cambiar o restringirse con nuevos conocimientos o avances en Reproducción Asistida, del mismo modo que la Ley ha ido cambiando a lo largo de los años para adaptarse a nuevas situaciones o avances.
      En cualquier caso, tus comentarios han ayudado a dar luz estos puntos , además de hacer ver, como tu misma dices, «la visión del otro lado» y sinceramente los agradecemos.
      Un cordial saludo

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