¿La reproducción asistida nos vuelve locos?
Frecuentemente nos planteamos en la práctica diaria cuanto afectan los tratamientos reproductivos a la estabilidad emocional de la pareja. No es extraordinario ver como muchas personas se enfrentan, ya a la primera consulta, con un alto nivel de estrés, y como los fracasos reiterados van acentuando el problema. Ya el 54 % de las parejas abandona el tratamiento de fiv, antes de completar tres intentos, y sin haber conseguido una gestación. En muchas ocasiones se deberá a la carga emocional que no habrán sido capaces de soportar. En otros casos podremos encontrar dentro de la pareja una asimetría en el deseo reproductivo, que puede provocar grandes tensiones en el seno de la pareja.
Puede parecernos que los pacientes solo valoran la FIV en clave éxito o fracaso, pero revisando trabajos que valoran el estrés, hemos podido comprobar como diferentes etapas del proceso se acompañan de su propia carga, así valoran como alto o muy alto su nivel de estrés:
- El 52% antes de la extracción de óvulos,
- El 68 % la espera hasta saber cuántos óvulos han fertilizado,
- El 81 % el periodo de espera hasta saber si existe embarazo tras la transferencia de embriones
- El 87 % hasta enterarse si se ha conseguido una gestación,
- O el 94% ante la pérdida del embarazo
Por todo ello deberemos ofrecer a nuestras pacientes apoyo sicológico especializado e intentar, como nos enseñaron en la facultad, no ser solamente médicos de cuerpos.
En cualquier caso la mayoría de las parejas consigue el éxito después de múltiples ciclos. Retrospectivamente, el 100% de las parejas que ha tenido un bebé después de recibir tratamiento FIV y el 91% de las que no, dicen que están satisfechas de haberlo intentado.