HAY DÍAS QUE MERECEN LA PENA

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En la consulta diaria, en demasiadas ocasiones nos enfrentamos al fracaso y nos toca, no solo hacer de médicos, sino también de sicólogos, y acompañar a las parejas en el árido camino de la búsqueda de la gestación. Un camino que se convierte en un tobogán de emociones en el que se pasa de la ilusión al llanto y de la incertidumbre a la alegría

Todo esto cambia, cuando después de obtener una prueba de gestación positiva, realizamos una ecografía.

Ese día las parejas llegan a la consulta con emoción contenida, ansiosas, sin saber demasiado bien que es lo que van a ver y nosotros compartimos ese privilegio. Somos testigos de ese momento en el que la mujer se emociona al ver la pantalla y pregunta

¿eso es su corazón?, ¿cómo puede ser…si es tan pequeño?, busca la mirada de su pareja…y hasta se escapa alguna lágrima. Somos cómplices de un instante de magia, en el que solo se escucha el latido del embrión

Todavía las incertidumbres son muchas, ni siquiera sabemos si el embarazo seguirá adelante.

En ese instante no importa ni el camino recorrido ni el por recorrer. Ese día todavía no importa la pérdida de la cintura ni las noches sin dormir de los siguientes treinta años.

Esos son los días en los que merece la pena ser ginecólogo.

Dr. Miguel García Giménez
Dr. Miguel García Giménez
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza. Especialista en Obstetricia y Ginecología en el Hospital de Donostia. Doctor en Medicina por la Universidad de Zaragoza.

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