Embarazos colaborativos
La economía colaborativa ha llegado al mundo de la maternidad/paternidad. Vamos, el trueque de toda la vida. Ya habíamos visto webs que nos permitían compartir vehículos para viajes, intercambiar servicios, comidas. Ahora, por fin, vamos a poder compartir la paternidad o la maternidad. Me podréis decir que eso es una familia de toda la vida, sí, pero eso está pasado de moda y ahora tenemos opciones mucho más imaginativas, baratas y placenteras.
Siempre han existido mujeres atrevidas que han buscado un embarazo con una relación ocasional sin protección y varones dispuestos a repartir su semilla como un aspersor de riego. Pero todo esto estaba poco organizado y tenía pocas variantes. Noche de farra, depredador al acecho y mujer a la caza de macho reproductor.
Gracias a las nuevas tecnologías, podemos disponer de páginas web que nos van a permitir satisfacer todas las variantes que podamos imaginar, y no solo es que las podamos imaginar, sino que las podemos ver escritas negro sobre blanco.
Si eres un varón, tu pareja no quiere tener más hijos y necesitas que el mundo disfrute de tus genes, no hay problema, te anuncias y seguro que hay una madre potencial esperando la bendición de tu genética.
Si eres una mujer que deseas encontrar un varón que te preste la mitad de lo que necesitas, que esté dispuesto a pagar gastos del niño y que acepte visitarlo un fin de semana por mes, tampoco hay problema. Sólo tienes que colgar tu petición en esa web, sentarte tranquilamente en el sofá y esperar a que piquen. Al fin y al cabo es un legítimo intercambio de intereses.
Y lo más clásico. Mujer sola o con pareja del mismo sexo que busca una inseminación barata, que incluso permite conocer al varón. Bueno, todo lo que se puede conocer a un depredador inconsciente, que probablemente ha encontrado la mejor manera de pillar. Llamada a la puerta entre el cartero con el certificado de correos y el del contador de la luz.
¡Hola, que vengo todo cargadito por lo del anuncio!
Legítimo intercambio de intereses.
No creo que haga falta señalar que este intercambio de intereses es vía tradicional. No sé si con velitas o si habrá cigarrillo después de la legítima transacción.
Quizá penséis que mi mente enferma está desvariando una vez más, pero todo esto podéis encontrarlo en una página web de Internet.
Sigo creyendo que me estoy haciendo mayor.